Pizarras blancas y algo más

Las mañanas en el colegio se pueden hacer muy largas. Al final y al cabo son niños y niñas de entre 5 y 6 años, su capacidad de atención es limitada y aprenden de distintas maneras, pero a través de lo sensorial y experiencial fundamentalmente, así que intentaremos utilizar todo lo que esté a nuestro alcance para facilitar y hacer más ameno el proceso de aprendizaje.

En este caso, hemos utilizado los colores y rotuladores de los estuches para realizar operaciones de cálculo, y las pizarras blancas en una competición matemática contra mí, la maestra, de la que no he salido muy bien parada (me han devorado las pirañas). Las pizarras blancas resultan de utilidad porque el mero hecho de cambiar el soporte y los utensilios de escritura (un folio plastificado, rotulador y toallitas para borrar) les resulta motivador. Además, de un simple vistazo la maestra puede ver las respuestas de todos y ver quiénes están entiendo los contenidos y quiénes no, sin que se sientan evaluados o avergonzados.

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